lunes, 17 de agosto de 2009

Antonio Arias: "El fútbol está en deuda conmigo. Sobre todo Unión Española"

La relación más cercana de Antonio Arias con el fútbol es con Gerardo Rabajda, el ex arquero uruguayo de Unión Española, hoy agente de jugadores, quien está casado con una de sus hijas. "Por eso algunos de mis seis nietos son uruguayos", cuenta el "Chino", uno de los laterales izquierdos más brillantes de la historia del fútbol chileno, mundialista en Alemania '74 y símbolo de Unión Española, club con el que ganó los títulos de 1973 y 1975, y logró el subtítulo de la Copa Libertadores ('75).

Arias pasó un susto hace un par de años. Un problema en el páncreas hizo pensar en un cáncer, pero no. "Sólo un quiste. Tenía que dormir sentado, pero lo sacaron a tiempo".

Hoy goza de buena salud, y en el garage de su casa, su nieto Benjamín lo acompaña a mirar algunos recortes de sus años de fútbol. "A Benjamín le gusta mucho la pelota, a ver si lo llevo luego a una escuela de fútbol", dice, mientras mira una de las formaciones rojas. "Hoy se habla mucho de los laterales volante, pero eso lo hacíamos con Juanito Machuca en esos años, lo mismo Mario Galindo, el 'Fifo' Eyzaguirre".

-¿Y Lucho Santibáñez, un técnico defensivo, no lo retaba por irse adelante en esos años de Unión Española?

"Al principio, claro. No fue fácil convencer a don Lucho, pero con Juan (Machuca, lateral derecho) le prometimos que lo haríamos con inteligencia. No se trataba de irse adelante y descuidar el área".

-¿Guarda buenos recuerdos del fútbol?

"Yo soy un agradecido del fútbol, pero el fútbol está en deuda conmigo. Sobre todo Unión Española", larga el hombre de 65 años, hoy conductor de un furgón escolar, desde su casa del pasaje Urano, en Lo Espejo.

-¿Pero por qué en deuda, si en su momento Unión le pagó por sus servicios?

"Es que no se trata de dinero. Uno jugó lesionado, con fiebre, entraba a la cancha con 70 kilos y terminaba con 65. Lo di todo por esa institución... Sabe, yo al menos no busco plata. No tengo fortuna, ni siquiera recibo una jubilación, porque en esos años no teníamos previsión, y después me fui a trabajar a la zapatería Calpany, pero boleteaba. Por eso sigo trabajando hasta ahora en mi furgón escolar, pero uno no quiere dinero del club. En cambio, sí me gustaría tener un asiento en Santa Laura; que no me pusieran problemas para entrar, como los he vivido... Harold Mayne-Nicholls tuvo un bonito gesto para el último partido de la selección, con Bolivia. Me llamó para invitarme al Nacional. Esas cosas son pequeñas, pero dan una alegría enorme. O que de repente me permitieran buscar talentos jóvenes... Algo sé".

-¿Es de mirar fútbol en los barrios?

"Claro, donde hay una pichanga me paro a ver. Muy cerca de mi casa está la Población José María Caro, y yo, que salí de la San Gregorio, siempre he pensado que el jugador innato está en esas canchas. Uno de sólo ver caminar a un niño se da cuenta si sirve o no. Así llevé al Kalule Meléndez a Magallanes cuando niño, de verlo jugar en la San Gregorio. Después se fue a las juveniles de Cobreloa. Y a Julio Gutiérrez se lo mandé a Unión".

-¿Qué lazos tiene con Unión Española hoy?

"A principio de año me invitaron a la Noche Hispana, homenajearon a varios ex jugadores, me presentaron al actual presidente, Jorge Segovia, pero más que eso, no. Eso duele".

-¿Se las arregla bien, económicamente, digo?

"Sí, no me falta. Tengo el furgón y siete hijos muy preocupados del papá; no hay problema. Si lo que duele es el olvido".

fuente:www.emol.com

Foto:www.elmarino.cl


1 comentarios:

Unknown dijo...

Antonio Arias era uno de mis ídolos cuando yo era niño. Soy uno de los amantes futboleros.

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